Haz lo que yo diga, no lo que yo haga.
Como el médico obeso que te indica que debes realizar ejercicio o como la madre que entre bocanadas de humo le pide a su hijo que nunca fume, te regalo algunos consejos que sé que funcionan en las redes… aunque yo no los aplico nunca.
Tras dos años de abrir una cuenta, @aveceshablosola, en Instagram sin otro deseo que enmarcar y recopilar frases que me emocionan (de libros, de canciones, de películas o del bar; inventadas o no…) he aprendido lo que me funciona al postear y lo que, tras errar, no te recomiendo repetir. Te lo resumo aquí por si te sirve:
- Tu objetivo:
Si estás pensando en abrir una nueva cuenta en las redes, plantéate para qué quieres hacerlo: ¿Para posicionarte profesionalmente, como divertimento o ambos? ¿para vivir de ello o para vender? Cambia mucho si tu objetivo es pasar el rato o algo más serio. En el primer caso (el mío), no hay normas. En el segundo, sí (sigue leyendo).
- Tu nicho de mercado:
Es obvio, pero aquello que te gusta o se te da bien es de lo que debes postear. Y cuanto más específico, mejor: no es solo una cuenta de recetas, sino de recetas para celíacos; no es solo un Insta de frases, sino de frases de libros… Vamos, lo que yo no hago.
- Los mejores días y horarios:
En Instagram me funciona publicar en los días vinculados a la rutina y no tanto los fines de semana y las vacaciones. También dependerá del tipo de cuenta, supongo. Por otro lado, he observado que en las publicaciones de primera hora de la mañana, entre las siete y las ocho, se generan más respuestas. Le seguiría la franja del mediodía o la de la noche.
- La frecuencia:
Me preocupa el equilibrio entre no ser pesada y que mi diversión no me suponga una carga. Por eso, publico cuando me apetece, cuando me acuerdo o cuando mis tareas profesionales (como preparar clases o trabajar en mis novelas), me lo permiten. A veces es cada semana, cada dos y casi nunca en festivos. Vamos, lo que no debe hacerse. Si quieres crecer en número de seguidores o fidelizar a tu audiencia, la constancia debe ser la norma y publicar a diario, una obligación.
- El mensaje: el humor, lo personal y la provocación.
Las frases divertidas son las que mejor funcionan. Siempre es bienvenida una sonrisa. También, los posts de mis libros, las citas que salen de las aulas o en las que añado una foto personal. En cambio, la controversia no gusta (al menos en una cuenta “blanca” donde la política o la ofensa no tienen lugar).
- El dayketing (término acuñado por Luiggi Sarrias (@luiggisarri):
Los días de fechas señaladas (aniversarios, navidad, día de la madre, del padre, de la reivindicación de la eliminación de la violencia de género) son óptimos para postear sobre ese tema en concreto. También es cierto que todo el mundo lo hace.
- Los hashtags # y las cuentas @:
Es útil añadir siempre los mismos # (por ejemplo: #frases, #aveceshablosola…) para posicionarte. También probar con algunos que nunca usas, para experimentar. Etiquetar a quien citas me parece no solo interesante desde el punto de vista de marqueting (te suelen responder o seguir) sino, porque en la universidad es una norma citar las fuentes y me parece que no hacerlo es usurpar la autoría de otro.
- Guardar, compartir y comentar:
Según @redaccionescreativas que sabe mucho más que yo, ese es el orden que ayuda a posicionarte en Instagram. Mis posts no se guardan ni se comparten: no son recetas o tutoriales. No tendría sentido. Y en cuanto a los comentarios… Eso lo llevo fatal, lo reconozco. Nunca sé cuándo acabar una conversación o si debo responder a un emoji con otro emoji, o cuál es el correcto. Me recuerda al “–cuelga tú, –no, tú”.
- El feed: el aspecto es importante, que se lo digan a las marcas de maquillaje y moda. Y crear una identidad visual propia es el ABC del branding. Las tipografías, colores o composiciones propias dotan de personalidad. Por mi parte, tras experimentar con varios formatos, he decidido que la estructura tipo columnas o ajedrez son bonitas, pero se descomponen a no ser que se publique siempre de tres en tres; que las fotografías restan protagonismo al texto y que tardas el doble en editar. Al final he optado por una plantilla sencilla, tributo a @putosmodernos (pero la mía en peor).
- Cómo crecer: misterios del cambiante algoritmo aparte —donde los profesionales cuentan que debes publicar vídeos, storys, posts, reels, encuestas, promociones… a un ritmo maratoniano—solo existen dos maneras de crecer en número de seguidores:
- Generar un contenido único y excepcional (lo que no es mi caso) que se comparta, cite o viralice de manera espontánea.
O bien:
- Pagar a Instagram o a influencers. No hay más misterios. Si no te ven, no existes y si no inviertes, no alcanzas nuevas audiencias.
Si no inviertes dinero (además de tiempo) podrás crecer, sí, pero muy lentamente. Vale la pena cerrar este “top ten” de consejos que no aplico con el recordatorio de una obviedad: las redes son un negocio que nos permiten usar un espacio virtual a cambio de que pasemos nuestro máximo tiempo ahí para que las marcas que pagan nos encuentren navegando. Por lo tanto, si tú no vas a vivir de ello… no te olvides de divertirte. También puedes hacerlo para aprender. En mi caso, desde que creé la cuenta de @aveceshablosola soy mucho más sensible a retener y apuntar las frases que me gustan y noto que se nota cuando escribo.
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