Ayer mi marido me enseñó un calendario “de esos de tías” que se suelen hacer a principio de año y que se cuelgan en garajes y gasolineras. Solo que este es precioso y yo me lo colgaría en el despacho. Me dijo “¿Has visto esta campaña? ¡No entiendo nada!”
Es de la marca Reebok y si él no entiende nada, yo entiendo sólo la mitad de tan genial campaña. Me refiero a la mitad que tiene que ver con el concepto (Nunca perfectas) y con el texto, que suscribo al 100%. Frases como “La perfección es aburrida y frustrante. No existe.” o “Es el momento de aceptar nuestras imperfecciones, de celebrar lo que nos hace realmente únicas” son dignas de poner de estado de Whats App.
Pero… la otra mitad, la que tiene que ver con las imágenes, francamente una decepción. No tiene nada que ver con el trabajo del Director de Arte o del Fotógrafo, son fotos bellísimas, sino con la incongruencia entre lo que se dice y lo que se muestra. Se han elegido a mujeres a las que admiro por ser guapas y luchadoras, un referente en lo suyo. ¡Olé por ellas! Pero… cuando dicen en la portada del calendario “Te presentamos nuestro calendario, protagonizado por mujeres fuertes, que rompen tabúes y estereotipos. Son perfectamente imperfectas.” francamente, yo espero encontrar mujeres como las de mi gimnasio, un gym municipal de pueblo grande o de ciudad pequeña, nada del otro mundo, pero donde ahí SÍ hay mujeres imperfectas. Como esa chica que no ha fallado nunca ninguna semana, ni tan siquiera cuando ha estado recibiendo tratamiento diario de radioterapia; o como las muchas señoras que están en la piscina desde las 8.00 h de la mañana “porque les vienen los nietos a comer y sino se hace tarde” o como todas las que vamos a sudar los turrones sin más pretensiones que ponernos en forma y perder un par de kilos, que si se pierden bien y sino también.
Y lo digo tan solo porque estas mujeres imperfectas tenemos algo en común con las de las imágenes perfectas que muestran en el calendario, a pesar de lo que digan: también llevamos ropa de deporte. Incluso Reebok.
Deja una respuesta