-¿Qué tal las vacaciones Marta?
-Pues bien, claro. Con el “chip” aún puesto en el chiringuito. ¿Tú no, Gabi?
– No, no… ¡completamente olvidadas! ¿Vamos a la reunión? Nos esperan ya en la Junta de Dirección.
– Vamos , vamos…“Vamo a ser feliz, Vamo a ser feliz, felices los cuatro …Yo te acepto el trato.”
– Uy, eso me suena… ¡Anda! Fíjate en el jefe, aún le dura el moreno.
– “Mira qué cosa bonita, qué boca más redondita, me gusta esa barbita.”
– ¡Marta!! Que es el jefe, céntrate. ¿has traído el informe?
– Gabi, no aprietes, “Pasito a pasito, suave suavecito”…
– Marta de verdad, estás muy out. ¿De verdad no lo has traído?
– ¡Qué sí, toma! “Una cartica que yo guardo donde te escribí…”
– ¿Qué cartica, de qué hablas? ¡Coge el informe, que encima vamos a llegar tarde!
– “Ya no me importa nada: ni el día ni la hora, si lo he perdido todo…”
– Mira Marta, o te centras o te centran. Si sigues en este plan, yo me largo.
– Que no, Gabi… “Si te vas, yo también me voy. Si me das yo también te doy, mi amor”.
– Hombreee, bienvenida Marta. ¿Cómo está Gabi? ¿Ha probado el veranito? ¿Bien las vacaciones?
– Sí, sí, eso siempre.
– Claro, jefe. ¿Usted bien? Ya en plena forma, veo.
– Sí, bueno, con un pie en la playa y la cabeza en el negocio. Siempre pensando en la empresa. ¡Un jefe no desconecta nunca! Ya saben: “Andas en mi cabeza nena a todas horas, (Cada segundo, cada minuto), el mundo me da vueltas, tú me descontrolas (Cada segundo, cada minuto).”
– ¡Otro! ¡Qué daño ha hecho el reggaetón y la canción del verano!
PD: Y, si a pesar de todo, eres de los que te gusta el reggaetón, no te pierdas esta coreografía facilita de Marlon Alves:
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